La parálisis facial periférica idiopática o “Parálisis de Bell” es una neuropatía que afecta al VII par craneal (el Nervio Facial). Este nervio se encarga de la musculatura de la mímica, y por ello su alteración desencadena una asimetría evidente en los gestos e incluso, dependiendo de su grado, en la expresión de la cara en reposo.
Aunque suele ser una alteración pasajera (en el 83% de los casos la evolución es buena) puede dejar secuelas como paresia (29%) sincinesias o “movimientos parásitos”(16%), hipertonías o contracturas (17%), ojo seco o lagrimeo (2%).
La causa de esta alteración no está clara. Como curiosidad, durante el embarazo existen 3 veces más probabilidades de padecer una parálisis de Bell, y es más frecuente que esto suceda en el tercer trimestre de la gestación.
¿Os imagináis despertar una mañana a pocas semanas de dar a luz y notar que no sois capaces de cerrar un ojo, se os caen los líquidos por la comisura de la boca al beber, y, en definitiva, hay un lado de vuestra cara en el que los músculos no funcionan?
Pues ésta es la historia de T. Cuando se vio en semejante situación se asustó y acudió a urgencias, donde le diagnosticaron parálisis facial periférica y le prescribieron una pauta de corticoides orales durante 12 días, un parche ocular para dormir y un colirio. Pero T. no se conformó con lo que le dijo su médico de atención primaria, que seguramente fuese algo pasajero y con suerte no le quedarían secuelas, y buscó ayuda especializada. Así nos conocimos.
Cuando T. llegó a la consulta para realizar la valoración vi que no había apenas actividad en la musculatura de la mímica de su lado derecho, y que estaba comenzando ya con una hiperactivación del lado izquierdo, sobre todo en los músculos que se encargan del cierre de ojo y labios, y también del risorio y el canino (ambos implicados en la sonrisa, provocaban un “arrastre” muy incómodo del gesto hacia el lado sano).
Inmediatamente comenzamos el trabajo en clínica y también el asesoramiento para que ella pudiese colaborar en su recuperación durante su día a día: pautas para la relajación manual de su “lado sano” y estimulación cutánea del lado afectado. Y MUY IMPORTANTE: Información sobre qué NO hacer…
!!!OJO!!! Todos hemos visto en internet tablas de ejercicios y consejos para casos de parálisis facial, pero muchos de ellos lo que pueden hacer es perjudicarnos. La realización de ejercicios sin supervisión (hinchar globos, mascar chicle, mímica frente al espejo) favorece la aparición de patrones anormales de movimiento. La consecuencia puede ser la aparición de “tics” y movimientos en masa o parásitos (se nos cierra el ojo al masticar o bostezar, por ejemplo) que pueden suponer una secuela a largo plazo muy engorrosa de solucionar.
A continuación os muestro algunas imágenes de la progresión, que, gracias a la constancia de T. en sus pautas de autocuidados, fue así de buena:
De la multitud de gestos que fotografiamos para la evaluación y reevaluación del control de la musculatura se muestran los siguientes:
-Elevación de las cejas
-Sonrisa enseñando los dientes
-Contraer los labios como para dar un beso
DÍA 1: VALORACIÓN



No hay apenas actividad en la musculatura del lado derecho, y se aprecia hiperactividad en el lado izquierdo. Existe lagrimeo constante del ojo derecho, gran fotosensibilidad y no consigue el cierre palpebral completo.
DÍA 9 (segunda sesión de tratamiento)



Conseguimos activación de la musculatura de la mímica del lado derecho. T. refiere los siguientes cambios en su día a día: no se le escapa “a chorro” el agua al enjuagarse después de lavarse los dientes, menos lagrimeo y menor fotosensibilidad.
DÍA 13 (tercera sesión de tratamiento)



T. consigue cierre completo del ojo derecho en reposo!! En breve dejaremos el parche nocturno. Refiere menos dificultad para beber aunque la oclusión labial no es todavía del todo efectiva.
DÍA 15 (cuarta sesión de tratamiento)



Nos hemos venido arriba! Recuperamos las ansiadas arruguitas de la frente. Pero cuidado, no queremos sobreactivación ni aparición de movimientos parásitos.
DÍA 20 (quinta sesión de tratamiento)



Como puede apreciarse, la simetría facial, aunque todavía no completa, es muy buena. Aparece ya más evidente el surco nasogeniano (el pliegue que va de la nariz a la comisura de la boca). El parche ya es un mal recuerdo y el lagrimeo excesivo ha desaparecido. Un par de días después, T. comenzó con trabajo de parto.
¿Necesitas más información? Quieres resolver alguna duda sobre tu caso? Puedes escribirme y me comprometo a contestarte lo antes posible.