Desde que tengo uso de razón he sabido que mi vocación pasaba por cuidar a las personas. Llegado el momento de decidir, opté por una profesión que se basa en el contacto cercano y constante con el paciente, y gracias a la cual puedo incidir positivamente en la calidad de vida de las personas.
Cada día estoy más convencida del acierto en la elección.
MI HISTORIA
Estudié Fisioterapia en la UDC, y en cuanto terminé me propuse “encontrar mi sitio” trabajando en varios campos, tanto a nivel de disciplinas dentro de la propia titulación como a nivel geográfico. Esto me permitió formarme y acumular experiencia en ramas como la oncología, geriatría, trauma y reumatología…y comprobar las dinámicas de trabajo en ambientes tan diferentes como el de los seguros de salud, las asociaciones de pacientes, los hospitales o los centros de mayores.

Elegir este camino durante mis primeros años de profesión me ha ayudado mucho a desarrollar una visión global e integral de las personas y su problemática, y a darme cuenta de que reunir una base sólida de conocimiento sobre diferentes tipos de patologías permite ver más allá de la etiqueta de una enfermedad concreta.
Todo este proceso me llevó a comprobar que mi pasión es la Fisioterapia Neurológica, y a ello me dedico desde hace más de diez años. En todo este tiempo he atendido a personas con lesiones del Sistema Nervioso Central, y esta atención implica tanto identificar sus limitaciones funcionales, como entender la causa que las origina y perpetúa en el tiempo, para poder abordar y vencer estas restricciones. Pero somos mucho más que una etiqueta, al igual que somos mucho más que una estructura que no funciona bien…
“Todos somos únicos y diversos, y merecemos vivir nuestra vida con calidad”
Las personas con algún tipo de alteración en su Sistema Nervioso necesitan una solución a un problema funcional. Su calidad de vida se está viendo alterada porque hay actividades que no son capaces de realizar como antes, lo que dificulta su día a día a nivel laboral, académico, social, familiar… y esta situación influye negativamente en su estado emocional. Todo esto es lo que tenemos que abordar, y cada persona es única y cada vida tiene una dinámica diferente. Por ello en mi trabajo tengo en cuenta siempre al individuo de manera global, sus expectativas, su entorno y sus emociones.
MI MOTIVACIÓN
Lo que da sentido a seguir desarrollando día a día mi trabajo es la satisfacción de veros conseguir vuestros objetivos.
Que T. consiga arreglarse el pelo…porque nadie sabe moldear esa onda en el flequillo como ella.
Que C. venza sin ayuda la pasarela de madera del Ézaro, sonriendo a la cámara.
Que P. sea capaz de girarse en la cama sin tener que despertar a su marido, que duerme a su lado.
Que S. pueda volver a bailar con su grupo sin miedo a que le falle esa pierna.
Que L. retome los paseos con su amiga sin tener que detenerse constantemente.
Que J. tire a canasta con un salto después de más de un año sin poder hacerlo.
“La mayor recompensa, compartir vuestros logros”
Que L. por fin logre subir al castillo de cuerdas del parque como sus amigos…y ahora a por la bici, “con cesta y sin ruedines”!!
Que M. consiga dormir toda la noche sin que los espasmos y el dolor la despierten cada pocos minutos, y que al levantarse no tenga que pedir ayuda para vestirse y calzarse.
Que C. haya conseguido hacer de nuevo esa paella que le sale tan bien, alrededor de la que se junta la familia cada domingo.
CAMINEMOS JUNTOS
Cuéntame cual es tu situación. Hablemos.