Todos, o casi todos, hemos padecido una lumbalgia en algún momento de nuestra vida. Yo, sin ir más lejos, recuerdo un par de episodios: después de un accidente de tráfico en el que tuve una contusión sacroilíaca, y años más tarde en el postoperatorio de una cirugía abdominal invasiva. Mi ventaja: por mi profesión conozco mi cuerpo y su funcionamiento, con lo que puedo identificar fácilmente las causas del dolor, y también sé cómo abordar el problema.
Inicialmente se asociaba cualquier episodio de lumbalgia, o lumbociática, a tener que guardar reposo en cama: cuanto menos nos tengamos que mover, mejor. Y si puede ser, comer en la cama y desplazarnos al WC lo mínimo imprescindible.

Sin embargo, ya hace años que se ha comprobado que este planteamiento es completamente erróneo, además de contraproducente. La evidencia científica nos dice que necesitamos movernos para estar sanos, y ésta no es una excepción a la regla.
Si tenéis un episodio de este tipo debéis acudir al médico para identificar la causa. Me diréis…es que cuando voy me receta pastillas o me pone una inyección… Lo cierto es que los analgésicos, antiinflamatorios no esteroideos y algún otro tipo de medicación, algunas veces son necesarios para romper el círculo dolor-contractura muscular y/o inflamación-dolor. El médico de atención primaria o el especialista son los que nos tienen que prescribir o no este recurso en cada caso concreto. Lo que no debemos hacer nunca, obviamente, es automedicarnos.
Pero también debéis acudir a un fisioterapeuta que sepa cuáles son los mecanismos del dolor, pueda evaluar sus causas y plantear una línea de tratamiento y una pauta de autocuidados que permita resolver el cuadro siguiendo el razonamiento clínico.
¿Por qué me pongo tan pesada? Pues porque todavía sigo viendo en la práctica diaria que se dan pautas erróneas en estos casos. «REPOSO ABSOLUTO Y QUE NO TE TOQUE NADIE»
Ahí os dejo un artículo publicado en una revista científica que habla de lo que os acabo de explicar. Y si os fijáis en la fecha, es del año 2002!!! No puede ser que estemos todavía en el siglo pasado en estos temas.
Feliz lectura.
¿Necesitas más información? Quieres resolver alguna duda sobre tu caso? Puedes escribirme y me comprometo a contestarte lo antes posible.